En la noche oscura de Juan

                 Han pasado ya 7 años desde la legalización de los Hermanos Hospitalarios de San Juan de Acre, y uno desde la última entrada. No es éste un lugar al que acudamos a escribir, pero esta es la piedra que sostiene todo. Aquí se encuentra el α fundacional. Nada existiría sin esto, el lugar creador, vinculado ya al nombre de Juan de La Cruz, el doctor del espíritu.

              La noche oscura de Juan es una noche sin Dios, una noche que también arde en deseos de encontrarse con el Creador, la que él llama noche pasiva del espíritu, pero es una noche de «ansia de amores inflamada», se está a oscuras pero se espera al portador de la luz, al objeto del amor, que no es otro que Dios.

              Para Juan, las apetencias mundanas y los sentidos hacen alejarse al espíritu, al alma, de su estado ideal de reposo junto a su Creador, y por ello buscar despojarse de todo aquello que estorba, pero esa es la noche de Juan. Su erudición es inmensa.

                  En nuestra noche oscura no se espera nada, solo hay silencio y falta de luz. No hay preguntas porque tampoco existirá nadie que las responda. El sentido hay que buscarlo en lo que se hace, y aun así eso no será suficiente, porque tampoco nos indicarán si eso era correcto hacerlo o no, si debimos actuar de una manera o de otra. Si existe un sentido debemos encontrarlo nosotros, o aparecerá mucho tiempo después. Lo que tiene sentido para nosotros, puede no tenerlo para los demás, y cuando alcancemos una respuesta, una explicación, nos daremos cuenta de que no podemos transmitirla.

              No es éste un lugar cómodo. Aquí no se habla casi de nada. Aquí no hay preguntas ni respuestas, no se comenta nada, no es posible debate alguno. Solo reina el silencio y la paz absoluta. Solo se escucha el propio pensamiento. No se puede escapar al poder de su llamada.

             Este lugar no está completo. No queremos llenarlo demasiado, porque perdería su sentido. Su fuerza está en el silencio, y en la carencia de cosas que distraigan del objetivo para el que  fue creado. La religión ortodoxa de Oriente no define dogmas, porque cuando algo intenta explicarse, se pierde. El lugar existe, está y eso es lo que importa.

          «Antes de que Abrahám existiese, yo soy». Juan 8, 58

Juan de la Cruz en la noche oscura

   Los tiempos oscuros se anunciaron con antelación. En el año 2009, preparábamos los estatutos de nuestra Orden, que fue legalizada éste mismo día de hace seis años, hacía tiempo que un rumor sordo amenazaba el ambiente. Era algo que se presentía pero que no se manifestaba de modo claro. Una mano oficial, quiso, de modo probablemente intencionado, que la fecha quedara vinculada al nombre de San Juan de La Cruz, nacido Juan de Yepes, en 1542, en Fontiveros, provincia de Ávila.

   Juan de la Cruz es el que definió la noche oscura del alma, la del cansancio interior, ante la ausencia de respuestas y señales procedentes de aquello que se busca. Un lugar en el mundo, el conocer que aquello que se hace es lo adecuado, el sufrimiento por la agresividad exterior, el padecimiento por la incomprensión de los que nos rodean, o por la envidia de los propios coetáneos y compañeros. Juan de la Cruz sufrió persecución y encarcelamiento de La Iglesia, el desprecio y el ensañamiento de su propia Orden del Carmelo.

   Oponerse a la corriente continua que hace circular la vida entraña un riesgo grande, porque no solo es el sistema el que te oprime e intenta frenar el avance, aislar al heterodoxo. Es también la propia gente que nos rodea la que ayuda a mantener el orden social y aislar al herético. Eso es lo que le pasó a San Juan de la Cruz. A partir de 1568, tras completar sus estudios teológicos y académicos, y sobre todo, tras su encuentro un año antes con Teresa de Jesús, Juan de Yepes, inicia la senda de La Reforma del Carmelo, apoyando claramente  a Teresa de Jesús y buscando su propio espacio.

      En 1577 Juan de La Cruz es apresado y trasladado al convento de Carmelitas de Toledo. a partir de 1578, Juan de la Cruz pasará una década en Andalucía, en donde se calcula que recorrió unos 27.000 kms. En 1588 llega a Segovia y encontrará su espacio, que edificará y diseñará según sus costumbres, imponiéndose unas condiciones de vida durísimas, en donde permanecerá por el espacio de tres años.

           En 1591, el Capítulo de General del Carmelo lo destituirá de todos sus cargos y se le destinará de nuevo a Segovia como simple fraile, algo que no aceptará, decidiendo marchar a Andalucía, en donde fallecerá en el convento de La Peñuela, en la localidad jienense de La Carolina, desde donde será trasladado hasta Úbeda. Sus restos mortales serán divididos y se iniciará una poco edificante batalla por su posesión. La mayor parte de ellos, se trasladarán hasta Segovia, en donde el Papa juan Pablo II podrá verlos, al abrirse para él la urna.

En el quinto aniversario

                  Hace 5 años que esta asociación (Hermanos Hospitalarios de San Juan de Acre) de tipo cultural, sin ánimo de lucro alguno, sin propiedades, fue legalizada por el Ministerio del Interior e inscrita en su correspondiente registro. Nuestra solicitud fue registrada el día de San Juan del año 2009 y legalizada seis meses después, en otro día de San Juan, el de La Cruz. Nos movemos entre la onomástica del Bautista y la  de La Cruz. Todo tiene un gran significado.  Una fecha la escogimos nosotros, la otra nos vino señalada. Así suele pasar con muchas cosas en la vida. No hay otro camino posible. Nos movemos en un estrecho margen, sin posibilidad de error. La tiniebla rodea y acecha al mundo. Este es un lugar muy pequeño, casi desconocido. Aquí no hay comentarios, casi nada que decir y ninguna cosa que poner en cuestión. Sin embargo, desde este pequeño crisol, surge el fuego que alimenta todo, desde lo que se ve más, hasta aquello que permanece ajeno a la vista de todos. Mientras permanezcamos, todo seguirá en pie. No habrá uno sin lo otro, pues son tres eslabones de una misma cadena. Pasado el tiempo la voluntad se mantiene y la firmeza del ánimo también, aunque a veces todo flaquee.