San Nicolás reaparecido

Siempre hay brechas que cerrar, como esta de cuatro años. Han ocurrido muchas cosas, hemos visto muchos lugares, unos nuevos y otros no. Porque siempre hay lugares a los que hay que regresar, que son y constituyen nuestras referencias y anclajes en el mundo. Sin referencias no se sabe a dónde se va, y si se llega a algún lugar es por azar, y no conviene dejas demasiadas cosas en sus manos. Este es nuestro lugar fundacional, el centro desde el que todo parte, aunque fuera creado el último, pero él estaba antes que todo. Ahora le hemos dotado de dominio propio. Ya existía y ahora es.

San Nicolás nos ha acompañado siempre, el santo oriental. Lo hemos encontrado en muchos lugares, unas veces por sorpresa y otros buscándolo. Hemos cuidado su imagen durante más de una década, en la capilla del Centro Asistencial de Melilla, incluso cuando la soledad se abatió sobre ella. Aun así, no faltamos ningún mes, ningún lunes a la cita, con velas de cera, con velas eléctricas, desde el año 2007.

«Cuida de los santos, y ellos cuidarán de ti», fue la recomendación de un anciano sacerdote del lugar. Eso hemos hecho en todo este tiempo. Los datos se pierden con el paso de los tiempos, por eso conviene fijarlos. Hace más de 10 años, hicimos donación de una imagen de San Nicolás a la Iglesia Arciprestal de Melilla, pero con las reformas del año 2019 desapareció. Ahora, tras una corta pero intensa búsqueda ha reaparecido, o él mismo se ha hecho aparecer.

Cerradas sus antiguas moradas en los templos melillenses, sobre todo el del Centro Asistencial, por causa de la pandemia, que es en donde se mantuvo al culto abierto hasta marzo de 2020, hemos pasado todos este tiempo sin acudir a su imagen protectora, que siempre hemos encontrado en los lugares más inesperados.

Toca volver a verle de nuevo, a dar noticia de su reaparición, y a merecer seguir bajo su amparo y guía. Nos fuimos de allí en marzo de 2020. No hemos podido volver. Es hora de ir cerrando los eslabones rotos.

Oración de San Juan

 

Oración

             Oh mártir invicto, que por el honor de Dios y por la salvación de las almas,, con constante firmeza, aun a costa de vuestra vida,  os opusisteis al impío Herodes, reprendiéndole abiertamente su vida perversa y disoluta. ¡Ah! alcanzadnos un corazón fuerte y generoso, para que, venciendo todo respeto humano profesemos francamente nuestra fe y sigamos las enseñanzas de nuestro divino Maestro. Padrenuestro, Avemaría y Gloria

        V. Rogad por nosotros, San Juan Bautista

P. Para que seamos dignos de las promesas de Jesucristo

Juan de la Cruz en la noche oscura

   Los tiempos oscuros se anunciaron con antelación. En el año 2009, preparábamos los estatutos de nuestra Orden, que fue legalizada éste mismo día de hace seis años, hacía tiempo que un rumor sordo amenazaba el ambiente. Era algo que se presentía pero que no se manifestaba de modo claro. Una mano oficial, quiso, de modo probablemente intencionado, que la fecha quedara vinculada al nombre de San Juan de La Cruz, nacido Juan de Yepes, en 1542, en Fontiveros, provincia de Ávila.

   Juan de la Cruz es el que definió la noche oscura del alma, la del cansancio interior, ante la ausencia de respuestas y señales procedentes de aquello que se busca. Un lugar en el mundo, el conocer que aquello que se hace es lo adecuado, el sufrimiento por la agresividad exterior, el padecimiento por la incomprensión de los que nos rodean, o por la envidia de los propios coetáneos y compañeros. Juan de la Cruz sufrió persecución y encarcelamiento de La Iglesia, el desprecio y el ensañamiento de su propia Orden del Carmelo.

   Oponerse a la corriente continua que hace circular la vida entraña un riesgo grande, porque no solo es el sistema el que te oprime e intenta frenar el avance, aislar al heterodoxo. Es también la propia gente que nos rodea la que ayuda a mantener el orden social y aislar al herético. Eso es lo que le pasó a San Juan de la Cruz. A partir de 1568, tras completar sus estudios teológicos y académicos, y sobre todo, tras su encuentro un año antes con Teresa de Jesús, Juan de Yepes, inicia la senda de La Reforma del Carmelo, apoyando claramente  a Teresa de Jesús y buscando su propio espacio.

      En 1577 Juan de La Cruz es apresado y trasladado al convento de Carmelitas de Toledo. a partir de 1578, Juan de la Cruz pasará una década en Andalucía, en donde se calcula que recorrió unos 27.000 kms. En 1588 llega a Segovia y encontrará su espacio, que edificará y diseñará según sus costumbres, imponiéndose unas condiciones de vida durísimas, en donde permanecerá por el espacio de tres años.

           En 1591, el Capítulo de General del Carmelo lo destituirá de todos sus cargos y se le destinará de nuevo a Segovia como simple fraile, algo que no aceptará, decidiendo marchar a Andalucía, en donde fallecerá en el convento de La Peñuela, en la localidad jienense de La Carolina, desde donde será trasladado hasta Úbeda. Sus restos mortales serán divididos y se iniciará una poco edificante batalla por su posesión. La mayor parte de ellos, se trasladarán hasta Segovia, en donde el Papa juan Pablo II podrá verlos, al abrirse para él la urna.