Oraciones a san Juan el Bautista

El anunciador, la voz que predica en el desierto, el que allana el camino

Yo tengo necesidad de ser bautizado por ti.. ¿y tú vienes a mí? Déjame hacer ahora, pues así nos cumple realizar plenamente toda justicia.

I. Oh glorioso san Juan Bautista, el más grande profeta nacido de mujer, santificado en el seno de vuestra madre, de vida inocentísima, retirado en el desierto para predicar en austeridad y penitencia. ¡Alcánzanos la gracia del corazón, para que desasidos de los bienes terrenos, practiquemos el recogimiento interior, y el espíritu de la santa oración. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

II. Oh apóstol precursor y celoso, que únicamente con el ejemplo de vida penitente y con la eficacia de la palabra, arrastrasteis a las multitudes a vuestro encuentro, para prepararlas para el mensaje del Padre, del que solo erais mensajero. Haced que a nosotros nos sea concedido el poder imitar un ejemplo de vida, y de obras, en el amor de Dios, y que nos mantenga alejados de las incertidumbres del error. Padrenuestro, Ave María y Gloria.

III. Oh mártir invicto, que por el honor de Dios y la salvación de las almas, con constante firmeza os opusisteis, aun a costa de vuestra vida, al impío Herodes, reprendiéndole abiertamente su vida perversa y disoluta. Alcanzadnos un corazón fuerte y generoso, para que venciendo las debilidades humanas, profesemos nuestra fe, y sigamos las enseñanzas de nuestro divino Maestro, Jesucristo. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Rogad por nosotros san Juan Bautista. Por Jesucristo nuestro Señor, Amén.

A los fieles que rezan devotamente algunas preces en honor de san Juan Bautista, con el propósito de repetir el piadoso ejercicio durante nueve días, se les concede: Indulgencia de cinco años, una vez, cualquiera de los días.

En el XII Aniversario

Hermanos Hospitalarios de San Juan de Acre

Han pasado 12 años desde nuestra legalización el día 14 de diciembre de 2009 como asociación, reconocida por el Ministerio del Interior, e inscrita en el Registro Nacional de Asociaciones. Pasado ese tiempo, seguimos pensando que no se debió a una rutina burocrática, el que la rúbrica fuese firmada el 14 de diciembre, onomástica de San Juan de la Cruz. Quien supervisó los estatutos, quien los leyó, entendió lo que pretendíamos con su creación. Aportar luz con un candil, en medio de un tiempo oscuro.

Con esa misma intención, solicitamos la legalización el 24 de junio del mismo año, festividad de otro Juan el Bautista, el precursor, el que más luz aportó. Con estos dos hechos administrativos, nuestro origen quedó comprendido entre los dos «juanes», entre el solsticio de verano y el de invierno. El día en que el Sol permanece visible por más tiempo, y en el que empieza a crecer de nuevo su tiempo de iluminación. La situación se invierte en el hemisferio Sur.

Sin embargo, la relatividad de algunos hechos es importante. Juan el Bautista solo es común a la iglesia católica y a la ortodoxa, pero para esta última, Juan de la Cruz, no es alguien relevante, oque esté incluido en su santoral, en el que se venera sobre todo, a San Juan Damasceno. Nos movemos entre hechos fijos para todos/as. Determinados días, personas, hechos, son nuestros puntos de referencia comunes, y existen otros que solo son importantes para nosotros, nuestras vidas, según el canon en el que estamos inmersos.

En estos 12 años nos vemos movido entre la oscuridad de la crisis económica de 2009, hasta la oscuridad de la pandemia que se inició en 2020. Hemos visto muchas cosas y atravesado muchos acontecimientos. Hoy sabemos mucho más que entonces, pero nunca es suficiente ni definitivo. Nos han acompañado nuestros santos «juanes», y también San Nicolás, presente en todo esto incluso desde dos años antes. En el principio y antes de todo, fueron los Hermanos Hospitalarios de San Juan de Acre.

Compartimos algunas fotografías del grupo Reliquiæ Sanctorum Omnium, sobre los lugares en donde se encuentran las reliquias y los restos de San Juan de la Cruz.

Seguimos con el candil encendido, aportando luz en esta estancia y tiempos oscuros, y sin referentes. Pero esa luz también nos permite ver.

San Nicolás reaparecido

Siempre hay brechas que cerrar, como esta de cuatro años. Han ocurrido muchas cosas, hemos visto muchos lugares, unos nuevos y otros no. Porque siempre hay lugares a los que hay que regresar, que son y constituyen nuestras referencias y anclajes en el mundo. Sin referencias no se sabe a dónde se va, y si se llega a algún lugar es por azar, y no conviene dejas demasiadas cosas en sus manos. Este es nuestro lugar fundacional, el centro desde el que todo parte, aunque fuera creado el último, pero él estaba antes que todo. Ahora le hemos dotado de dominio propio. Ya existía y ahora es.

San Nicolás nos ha acompañado siempre, el santo oriental. Lo hemos encontrado en muchos lugares, unas veces por sorpresa y otros buscándolo. Hemos cuidado su imagen durante más de una década, en la capilla del Centro Asistencial de Melilla, incluso cuando la soledad se abatió sobre ella. Aun así, no faltamos ningún mes, ningún lunes a la cita, con velas de cera, con velas eléctricas, desde el año 2007.

«Cuida de los santos, y ellos cuidarán de ti», fue la recomendación de un anciano sacerdote del lugar. Eso hemos hecho en todo este tiempo. Los datos se pierden con el paso de los tiempos, por eso conviene fijarlos. Hace más de 10 años, hicimos donación de una imagen de San Nicolás a la Iglesia Arciprestal de Melilla, pero con las reformas del año 2019 desapareció. Ahora, tras una corta pero intensa búsqueda ha reaparecido, o él mismo se ha hecho aparecer.

Cerradas sus antiguas moradas en los templos melillenses, sobre todo el del Centro Asistencial, por causa de la pandemia, que es en donde se mantuvo al culto abierto hasta marzo de 2020, hemos pasado todos este tiempo sin acudir a su imagen protectora, que siempre hemos encontrado en los lugares más inesperados.

Toca volver a verle de nuevo, a dar noticia de su reaparición, y a merecer seguir bajo su amparo y guía. Nos fuimos de allí en marzo de 2020. No hemos podido volver. Es hora de ir cerrando los eslabones rotos.

Oración de San Juan

 

Oración

             Oh mártir invicto, que por el honor de Dios y por la salvación de las almas,, con constante firmeza, aun a costa de vuestra vida,  os opusisteis al impío Herodes, reprendiéndole abiertamente su vida perversa y disoluta. ¡Ah! alcanzadnos un corazón fuerte y generoso, para que, venciendo todo respeto humano profesemos francamente nuestra fe y sigamos las enseñanzas de nuestro divino Maestro. Padrenuestro, Avemaría y Gloria

        V. Rogad por nosotros, San Juan Bautista

P. Para que seamos dignos de las promesas de Jesucristo

En la noche oscura de Juan

                 Han pasado ya 7 años desde la legalización de los Hermanos Hospitalarios de San Juan de Acre, y uno desde la última entrada. No es éste un lugar al que acudamos a escribir, pero esta es la piedra que sostiene todo. Aquí se encuentra el α fundacional. Nada existiría sin esto, el lugar creador, vinculado ya al nombre de Juan de La Cruz, el doctor del espíritu.

              La noche oscura de Juan es una noche sin Dios, una noche que también arde en deseos de encontrarse con el Creador, la que él llama noche pasiva del espíritu, pero es una noche de «ansia de amores inflamada», se está a oscuras pero se espera al portador de la luz, al objeto del amor, que no es otro que Dios.

              Para Juan, las apetencias mundanas y los sentidos hacen alejarse al espíritu, al alma, de su estado ideal de reposo junto a su Creador, y por ello buscar despojarse de todo aquello que estorba, pero esa es la noche de Juan. Su erudición es inmensa.

                  En nuestra noche oscura no se espera nada, solo hay silencio y falta de luz. No hay preguntas porque tampoco existirá nadie que las responda. El sentido hay que buscarlo en lo que se hace, y aun así eso no será suficiente, porque tampoco nos indicarán si eso era correcto hacerlo o no, si debimos actuar de una manera o de otra. Si existe un sentido debemos encontrarlo nosotros, o aparecerá mucho tiempo después. Lo que tiene sentido para nosotros, puede no tenerlo para los demás, y cuando alcancemos una respuesta, una explicación, nos daremos cuenta de que no podemos transmitirla.

              No es éste un lugar cómodo. Aquí no se habla casi de nada. Aquí no hay preguntas ni respuestas, no se comenta nada, no es posible debate alguno. Solo reina el silencio y la paz absoluta. Solo se escucha el propio pensamiento. No se puede escapar al poder de su llamada.

             Este lugar no está completo. No queremos llenarlo demasiado, porque perdería su sentido. Su fuerza está en el silencio, y en la carencia de cosas que distraigan del objetivo para el que  fue creado. La religión ortodoxa de Oriente no define dogmas, porque cuando algo intenta explicarse, se pierde. El lugar existe, está y eso es lo que importa.

          «Antes de que Abrahám existiese, yo soy». Juan 8, 58

Juan de la Cruz en la noche oscura

   Los tiempos oscuros se anunciaron con antelación. En el año 2009, preparábamos los estatutos de nuestra Orden, que fue legalizada éste mismo día de hace seis años, hacía tiempo que un rumor sordo amenazaba el ambiente. Era algo que se presentía pero que no se manifestaba de modo claro. Una mano oficial, quiso, de modo probablemente intencionado, que la fecha quedara vinculada al nombre de San Juan de La Cruz, nacido Juan de Yepes, en 1542, en Fontiveros, provincia de Ávila.

   Juan de la Cruz es el que definió la noche oscura del alma, la del cansancio interior, ante la ausencia de respuestas y señales procedentes de aquello que se busca. Un lugar en el mundo, el conocer que aquello que se hace es lo adecuado, el sufrimiento por la agresividad exterior, el padecimiento por la incomprensión de los que nos rodean, o por la envidia de los propios coetáneos y compañeros. Juan de la Cruz sufrió persecución y encarcelamiento de La Iglesia, el desprecio y el ensañamiento de su propia Orden del Carmelo.

   Oponerse a la corriente continua que hace circular la vida entraña un riesgo grande, porque no solo es el sistema el que te oprime e intenta frenar el avance, aislar al heterodoxo. Es también la propia gente que nos rodea la que ayuda a mantener el orden social y aislar al herético. Eso es lo que le pasó a San Juan de la Cruz. A partir de 1568, tras completar sus estudios teológicos y académicos, y sobre todo, tras su encuentro un año antes con Teresa de Jesús, Juan de Yepes, inicia la senda de La Reforma del Carmelo, apoyando claramente  a Teresa de Jesús y buscando su propio espacio.

      En 1577 Juan de La Cruz es apresado y trasladado al convento de Carmelitas de Toledo. a partir de 1578, Juan de la Cruz pasará una década en Andalucía, en donde se calcula que recorrió unos 27.000 kms. En 1588 llega a Segovia y encontrará su espacio, que edificará y diseñará según sus costumbres, imponiéndose unas condiciones de vida durísimas, en donde permanecerá por el espacio de tres años.

           En 1591, el Capítulo de General del Carmelo lo destituirá de todos sus cargos y se le destinará de nuevo a Segovia como simple fraile, algo que no aceptará, decidiendo marchar a Andalucía, en donde fallecerá en el convento de La Peñuela, en la localidad jienense de La Carolina, desde donde será trasladado hasta Úbeda. Sus restos mortales serán divididos y se iniciará una poco edificante batalla por su posesión. La mayor parte de ellos, se trasladarán hasta Segovia, en donde el Papa juan Pablo II podrá verlos, al abrirse para él la urna.

San Juan Damasceno

   San Juan de Damasco. Su festividad se conmemora el día 4 de diciembre. Es un personaje e indudable santo cristiano, nacido hacia el año 676, y muerto casi un siglo después. Vivió de lleno la tempestad iconoclasta del emperador Bizantino León el Isáurico, con su decreto de abolición de las imágenes en 730. Juan Damasceno se opuso claramente al edicto imperial, en una ciudad aya dominada por la religión musulmana, entrando a formar parte de los ioconódulos o partidarios de las imágenes. Juan Damasceno es considerado como el último de los padres griegos. Fue un cristiano que trabajó para la administración del califa de Damasco, hasta que ingresó en el monasterio de San Sabas.

              El emperador bizantino León el Isáurico le calificó como «maldito favorecedor de los sarracenos» y «traicionero adorador de imágenes». Juan Damasceno es autor de una ingente producción teológica de gran calidad, aunque también se le atribuyen otros escritos que no le pertenecen. Combatió las herejías de su época y defendió con fuerza la práctica de la estricta Fe ortodoxa. Hay texto suyos recopilados en las denominadas como «homilías», que son discursos sobre diversas cuestiones teológicas.

        Es uno de los grandes juanes, cuyas biografías y escritos iremos buscando y completando mes a mes.

         Nota:  http://ec.aciprensa.com/wiki/San_Juan_Damasceno

Juan, el Bautista

         

          Juan el Bautista era un profeta, un anunciador que predicaba en el Jordán y tenía una amplia comunidad de seguidores. El evangelio de Mateo, capítulo 3,  nos lo presenta como un hombre que: usaba un vestido de piel de camello y una correo de cuero alrededor de la cintura (cíngulo), y su comida eran langostas y miel. Confesaba pecados, atendía a la gente y luego los bautizaba en el Jordán. Imprecaba a los fariseos, a los saduceos y al tirano Herodes. Sus advertencias eran muy directas: El hacha está ya puesta en la raíz de los árboles. Todo árbol que no de buen fruto será cortado y arrojado al fuego.

             Jesús, el Cristo, se acercó hasta él para ser bautizado, pero el Bautista reconociéndole le dice, en Mateo 3, 14-15: Soy yo quien debo ser bautizado por ti, ¿y vienes tú a mí?. -¡Déjame hacer ahora, pues así es como debemos nosotros cumplir toda justicia!-. Es Mateo el único que ofrece esta enigmática y no resuelta respuesta.  Parece una afirmación categórica, en defensa de La Ley, la de Dios o Mosáica , que Jesús viene a cumplir y no a abolir. Incluso Él mismo se sitúa por debajo de ella y obliga a que ambos la cumplan.

          Este evangelista ofrecerá un testimonio mas, es un testimonio que también recogerá Lucas. En Mateo 11, 1-4: Mientras tanto, Juan que había tenido en la prisión noticia de las obras de Cristo, envió a sus discípulos a preguntarle: ¿eres tú el que ha de venir o esperamos a otro?. Jesús les respondió: id y contad a Juan lo que habéis visto y oído. Mateo refiere pues un contacto entre ambos, la impaciencia del Bautista por su prisión, y el conocimiento del rabí Jesús de la situación de Juan. Mateo cuenta que una vez ejecutado Juan , sus discípulos tomaron el cadáver y lo sepultaron (pero no menciona lo sucedido con al cabeza, que con posterioridad sería objeto de veneración). «Al enterarse Jesús, se alejó de allí en una barca, a un lugar desierto, él solo». Mateo 14, 13

          Marcos utiliza casi el mismo texto que Mateo, pero lo sitúa al inicio de su evangelio, lo que le confiere una importancia aún mayor. Omite cualquier referencia posterior a que Jesús tuviera algún conocimiento o contacto tras el encarcelamiento de Juan, o incluso noticia de su muerte.

         Ninguno de los dos evangelistas hace mención de la filiación de ambos, que según aclarará Lucas, eran primos por parte de madres, que no de padres. El caso es que el primero es el anunciador y el segundo el enviado. Hay relación entre ellos e incluso la gente los confundía. En algún momento llegarán a pensar que Jesús es Juan resucitado, lo que atormentará al tirano Herodes. Debían parecerse, incluso físicamente.

             Lucas, el tercero de los evangelistas, creará un bello cuento. Al inicio de su evangelio narra el nacimiento de Jesús y de Juan (sin intervención de los padres), lo que convertirá en humo la genealogía humana de Jesús, descrita a través de los padres. Cuenta el encuentro entre las madres, se supone que hermanas o primas, y vincula desde el nacimiento a ambos niños, tanto en tiempo como en espacio. Se precederán en todo. Retomará luego el texto común y narra el bautismo en el Jordán de modo similar. Describe con mayor amplitud el papel de los emisarios de Juan y añadirá este elogio por parte de Jesús, en Lucas 7, 28: Porque os digo, entre los nacidos de mujer no hay nadie mayor que Juan. Lucas no menciona la muerte del Bautista, pero sí una afirmación del propio Jesús por el que sabemos que Juan ni comía pan, ni bebía vino.

                El otro Juan, el evangelista, es un teólogo y un místico, por lo que ya no añade o quita datos significativos. Sin lugar a dudas, Juan ya presenta a Jesús como «el Mesías», el ungido.

                                               La leyenda del Bautista

          La leyenda del Bautista es inmensa. Recorrió el orbe greco-romano desde una punta hasta la otra. Sus reliquias eran y son tan veneradas  como las del propio Cristo. Las iglesias y templos dedicados en el mundo cristiano son inabarcables, e incluso tiene un día de conmemoración, al mismo nivel del de su primo, al que anunció. El nacimiento del Bautista abre el verano y el de Jesús el invierno, los dos con categoría de solsticio.

          Al menos dos iglesias-catedrales, la de Amiens en Francia y la de San Silvestre en Roma, afirman tener el auténtico cráneo de Juan el Bautista. Sin embargo, también en la gran mezquita omeya de Damasco, hay un relicario con la cabeza del Bautista, al que los sarracenos llama Yahia. Los mayores conservadores y coleccionistas de reliquias del mundo fueron los bizantinos, pero con los saqueos llevados a cabo primero por los cristianos romanos, y luego por la caída de la ciudad en manos del Imperio Otomano (1453), la mayor parte de estas reliquias desaparecieron, o se repartieron por el mundo. En Estambul se conserva un brazo del Bautista e incluso el hueso superior del cráneo. Reliquias parecidas afirman poseer iglesias y monasterios de todo el orbe cristiano.

           Se trata de un gran personaje, objeto de gran veneración, absolutamente desconocido y oscuro desde el punto de vista histórico, aunque de gran definición teológica.

La Cruz Hospitalaria

Cruz Hospitalaria en Melilla

Cruz Hospitalaria en Melilla

        La encontramos en un lugar inesperado y sin explicación posible. Está a la vista de todos, por eso ha pasado desapercibida hasta ahora. Forma parte de la celosía de la valla de un colegio de Melilla, Resulta curiosa su situación porque la cruz central es perfectamente identificable, pero no las otras, que al estar giradas 45° parecen formar un dibujo distinto, sin embargo, se trata del mismo signo, la cruz blanca de ocho puntas. Esta es la valla del colegio León Sola, en el barrio de Hernán Cortés de Melilla. En la década de 1960, cuando se construyó el colegio, era un barrio de población cristiana y de composición muy humilde. Hoy la situación es la inversa.

                   Las ocho puntas de las cruces blancas de Los Hospitalarios componen ocho máximas para ejercitar a lo largo de la vida, u ocho pilares en los que apoyar las acciones: Goce espiritual – Vivir sin malicia – Arrepentirse de los pecados – Humillarse ante los que te injurian – Amar la justicia – Ser misericordioso – Ser sincero y puro de corazón – Sufrir la persecución con abnegación.

                   Fue un encuentro casual, resultante de levantar la vista y mirar  en donde otros habían mirado y ver lo que otros no habían visto. No tiene más explicación y no le vamos a buscar otro significado. Sin embargo, este hecho ha marcado un camino para este lugar recóndito y que en el futuro tendrá su sentido e importancia.

En el quinto aniversario

                  Hace 5 años que esta asociación (Hermanos Hospitalarios de San Juan de Acre) de tipo cultural, sin ánimo de lucro alguno, sin propiedades, fue legalizada por el Ministerio del Interior e inscrita en su correspondiente registro. Nuestra solicitud fue registrada el día de San Juan del año 2009 y legalizada seis meses después, en otro día de San Juan, el de La Cruz. Nos movemos entre la onomástica del Bautista y la  de La Cruz. Todo tiene un gran significado.  Una fecha la escogimos nosotros, la otra nos vino señalada. Así suele pasar con muchas cosas en la vida. No hay otro camino posible. Nos movemos en un estrecho margen, sin posibilidad de error. La tiniebla rodea y acecha al mundo. Este es un lugar muy pequeño, casi desconocido. Aquí no hay comentarios, casi nada que decir y ninguna cosa que poner en cuestión. Sin embargo, desde este pequeño crisol, surge el fuego que alimenta todo, desde lo que se ve más, hasta aquello que permanece ajeno a la vista de todos. Mientras permanezcamos, todo seguirá en pie. No habrá uno sin lo otro, pues son tres eslabones de una misma cadena. Pasado el tiempo la voluntad se mantiene y la firmeza del ánimo también, aunque a veces todo flaquee.