No somos masones. Los masones nunca utilizarían como símbolo una cruz. Ni masonería francesa, ni nada. Ni siquiera inglesa. No tenemos que ver nada con nadie, ni con nada que nos preceda.
Un personaje tan importante como Manuel Azaña, lo cuenta en sus memorias, dijo que «nunca se sintió tan humillado como en la ceremonia de iniciación a la masonería». Desde entonces no quiso saber mas de ellos.
Muy en general se dice que la masonería tiene tintes elitistas y clasistas. Forman grupos de presión o lobbies, entre los que destaca, con nombre propio, el club Bilderberg.
Les gusta sentirse influyentes, en las sociedades donde viven, influir entre bambalinas en las decisiones políticas, económicas, locales, nacionales, mundiales.
Pero todo entre tinieblas, nada a la luz publica. Todo en aras de un supuesto bien universal que solo ellos controlan. Ellos deciden por nosotros. No me gusta eso y entiendo que esta respuesta pone ya cruz y raya entre nosotros y la masonería. En ellos todo es obscuridad.
Nuestra actividad se centrara en el ámbito mas inmediato a nosotros. Todo sera claridad y luz.